Claudio Carudel
RECORDANDO A CARUDEL. Fue en el otoño de 1983, si no recuerdo mal, cuando las carreras de caballos se colaron, por primera vez y con rigurosa puntualidad dominical, en el salón de mi casa a través de la televisión. Aunque antes había visto, también gracias a la pantalla catódica, un par de Grand Nationals , seguía sin saber nada de turf –y menos aún de apuestas- pero aquellas imágenes de caballos galopando a toda velocidad me atraparon enseguida y pronto aprendí la primera lección de todas: Carudel montaba casi siempre al caballo ganador. Además de eso, la chaquetilla amarilla y aspas rojas que solía vestir se distinguía muy bien en la tele en color recién estrenada. Los caballos hicieron el resto: Richal , Leyla , Cancún , Falla , Travesura , Bala , Namanti , Teresa , Casualidad y muchos otros cimentaron mi afición. Puedo decir, sin exagerar, que primero me hice seguidor de Carudel y después empecé a entender algo de caballos (dificilísima tarea en la que todavía sigo inmerso,