Entradas

Mostrando entradas de septiembre, 2014

Jacinto Santos. Rosa de Lima.

Imagen
JACINTO SANTOS: LA AFICIÓN, LO PRIMERO. Casi cuatro décadas separan la victoria de Turín en el Premio Héctor Licudi, disputado en La Zarzuela en 1972, del de Aka Bay en una carrera celebrada en Pau en 2008. Ambos caballos defendieron los colores de la cuadra Rosa de Lima, cuyo propietario es Jacinto Santos , uno de los mayores aficionados a las carreras de caballos que existe en España. La chaquetilla roja con lunares blancos permanece ahora guardada en un armario, esperando que el viento sople a favor del turf para vestirla de nuevo. HISTORIA DE UNA CUADRA. Jacinto Santos comenzó a frecuentar el hipódromo a mediados de los años 60, pero fueron los duelos que en 1967 mantuvieron dos enemigos íntimos, Maspalomas y La Scandalossa , – Ferial se sumaba en algunas ocasiones- los que terminaron por apuntalar su afición: “Se hablaba mucho de caballos; no solo el domingo, sino todos los días de las semana. Íbamos de cola en cola para recoger las listas de pesos, participant

Cine y carreras de caballos. (III).

Imagen
El cine y las carreras de caballos (III). (Dedicado a la memoria de José Carlos Fernández R.) La tercera entrega de esta serie está dedicada, como prometí, a tres películas que narran la historia real de tres caballos de carreras que fueron mucho más que simples campeones. Si algo tienen en común Seabiscuit , Secretariat y Ruffian es -sobre todo en el caso de los dos primeros- que alcanzaron una popularidad que trascendió al mundo del turf y ha perdurado desde entonces.  Seabiscuit se convirtió, en la América que renacía de las cenizas de la Gran Depresión, en ese ídolo nacional cuyas hazañas ayudaron a levantar la moral de millones de personas. Secretariat , vencedor de la Triple Corona en los años 70, es considerado, al menos entre los norteamericanos, el Caballo del Siglo (y lo escribo con mayúsculas), pero también representa la encarnación de un sueño: el de su propietaria, Penny Tweedy, una advenediza al mundo de las carreras que desafió a casi todos para fabricar la

Cine y carreras de caballos (II)

Imagen
EL CINE Y LAS CARRERAS DE CABALLOS (II). En el recorrido a vuela pluma que hice en la primera parte de esta crónica omití ciertas películas que algunos amigos me habéis recordado después. No mencioné, por ejemplo, dos obras maestras como El hombre tranquilo (John Ford, 1952) y My Fair Lady (George Cukor, 1964), principalmente porque su relación con el turf se reduce a una sola secuencia, pero debo reconocer que ambas son memorables, entre otras cosas porque caricaturizan con ingenio dos sociedades tan opuestas como la rural irlandesa del primer tercio del siglo XX y la alta sociedad británica de la misma época. El Derby de Innisfree, filmado por Ford en la costa salvaje del condado de Galway, la tierra de sus antepasados, es una de las carreras de caballos más divertidas y fascinantes de la historia del cine, a mitad de camino entre la tradición, la comedia y la fábula: los caballos galopan por la playa, remontan dunas y se introducen en el mar; los jockeys tienen el tama